Como Preparar el té blanco

Como Preparar el té blanco

Siempre comience preguntando a su vendedor de té para preparar instrucciones específicas para el té que compró, ya que diferentes tés blancos pueden tener diferentes temperaturas ideales de colado y tiempos de remojo. Pero aquí hay algunos consejos generales de elaboración de té blanco para tener en cuenta:

1. Algunos tés blancos se pueden preparar un pedacito más de largo y en temperaturas levemente más calientes que tés verdes. Generalmente, esto es en algún lugar alrededor de 190 grados por 3 a 5 minutos. Pero otros son más delicados y deben ser tratados como un té verde, empapado durante 2 a 3 minutos en las temperaturas del agua de 160 a 180 grados.
2. El té blanco es un poco más indulgente que el té verde o negro cuando se trata de tiempo de remojo. Pero usted todavía no quiere empapar su té o puede liberar algo de amargura y astringencia. Pruebe su té después del tiempo de remojo recomendado y luego decida si le gustaría que se escarpara un poco más.
3. Si usted no tiene un hervidor eléctrico con control de la temperatura, apenas recuerde que en el nivel del mar el agua hierve a fuego lento en 190 grados y hierve en 212 grados. La temperatura de ebullición desciende aproximadamente un grado por cada 100 pies en aumento de altitud. Por lo tanto, en general, en algún lugar justo debajo de un simmer debe ser perfecto para la elaboración de su té blanco.
4. Si su té blanco vino con recomendaciones específicas para la elaboración de la cerveza, use esas. Pero usar alrededor de 2 gramos de té de hoja suelta por 8 onzas de taza de agua es una apuesta segura.
5. Comience siempre con agua filtrada fresca, pura y fría cuando prepare té. El agua de manantial es la mejor.
6. Cubra su té mientras que empapa para guardar todo el calor en el recipiente que empapa.
7. La mayoría de los tés blancos de la hoja floja de alta calidad se pueden empapar varias veces.
8. Los tés blancos son tan delicados y sutiles que son llanos gozados mejor, sin el añadido como la leche o el azúcar, para apreciar el sabor verdadero del té.